domingo, 9 de junio de 2013

El problema de la tierra urbana en Resistencia

Fabricio Bolatti, diputado provincial del Frente Grande y dirigente de la FTV

La falta de políticas ha generado una deuda en el acceso a la tierra y a la vivienda”


Distintos sectores de la sociedad confluyeron en el Auditorio de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), y debatieron en torno a una problemática que afecta tanto a las clases sociales más vulnerables como a la media: el acceso a la tierra y a la vivienda.
Eduardo Butticé, docente de la cátedra Arquitectura I, ofició de moderador. En tanto que la mesa fue integrada por actores intervinientes en el campo: Domingo Peppo, presidente del Instituto Provincial de Desarrollo Urbano y Vivienda (IPDUV); Clarisse Pasmanter, concejala de Resistencia; Fabricio Bolatti, diputado provincial por el Frente Grande, miembro de la Comisión de Tierra y Vivienda en el parlamento chaqueño, y referente de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat; María Elina Serrano, subsecretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable. También el dirigente social Luis Burgos, referente de La Rubita; Abel Sena, en representación del Movimiento de Trabajadores Desocupados; y Débora Páez y Sonia y Sofía Alegre, dirigentes de movimientos sociales del excampo de Tiro y los barrios Mapic y Tacai.

Dignidad y sustentabilidad
En la ciudad de Resistencia, la problemática que se vive en cuanto a la tierra es por falta de políticas. Si bien la problemática implica a todos los niveles del Estado, lo que ocurre en la capital chaqueña, es responsabilidad del Municipio. Es quien tiene la facultad para planificar las obras públicas, el crecimiento de la ciudad, las ordenanzas que rigen la urbanización”, señaló el presidente de la bancada del Frente Grande chaqueño.
El principal problema que se generó en ese sentido es que al no estar previsto el crecimiento de la ciudad, y por ende, no contar con una planificación para contener el mismo, avanzaron los loteos irregulares, sociales, sin intervenciones de infraestructura, caminos, desagües, condiciones necesarias para contener la generación de nuevos barrios y/o asentamientos, “para hacer de ellos lugares dignos para la vida”. “Esas políticas eran muy necesarias y no se tuvieron en cuenta. Hoy, en el Gran Resistencia, tenemos más de 200 asentamientos como consecuencia de esa realidad”, indicó.
Ahora bien, como Estado, el problema no terminaba con la generación de asentamientos irregulares sino que, tal vez, era el principio de una problemática más grande, bien graficada por el diputado Bolatti. La falta de planificación sumado a la improvisación resultaba en una ecuación antagónica al acompañamiento que debiera haber entre el crecimiento demográfico de una ciudad y la planificación de la misma.
El “auxilio” para estas cientos de familias que ocuparon tierras por una necesidad real fue la expropiación a través de leyes . “Y la gran mayoría fueron terrenos ocupados de privados, no del Estado. Y que una vez expropiado se indemniza al dueño a través de un valor de mercado”, explica Bolatti.
En la actualidad hay 187 leyes de expropiación, de las cuales 177 pertenecen a terrenos urbanos. Más de 20 leyes están siendo analizadas para su sanción. Se trata de 872 hectáreas expropiadas para asentamientos, ocupadas por unas 70 mil personas.
Esta realidad provocó también la creación de un nuevo Ministerio que se aboque a regularizar el estado de la tierra, la vivienda y las miles de familias que se ven afectadas: el ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda.
Otros avances fueron la creación de un registro de aquellas personas que hayan ocupado tierras; la declaración de la emergencia habitacional que otorgue 24 meses para dar prioridad presupuestaria a la regularización de la situación; la promoción de programas de intervención donde vive la gente, y quizá, el más importante, la creación de un Banco de Tierras, de autoría de ese Frente.


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