Fabricio
Bolatti, diputado provincial del Frente Grande y dirigente de la FTV
“La
falta de políticas ha generado una deuda en
el acceso a la tierra y a la vivienda”
Distintos
sectores de la sociedad confluyeron en el Auditorio de la Facultad de
Arquitectura de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), y
debatieron en torno a una problemática que afecta tanto a las clases
sociales más vulnerables como a la media: el acceso a la tierra y a
la vivienda.
Eduardo
Butticé, docente de la cátedra Arquitectura I, ofició de
moderador. En tanto que la mesa fue integrada por actores
intervinientes en el campo: Domingo Peppo, presidente del Instituto
Provincial de Desarrollo Urbano y Vivienda (IPDUV); Clarisse
Pasmanter, concejala de Resistencia; Fabricio Bolatti, diputado
provincial por el Frente Grande, miembro de la Comisión de Tierra y
Vivienda en el parlamento chaqueño, y referente de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat; María Elina Serrano, subsecretaria de
Ambiente y Desarrollo Sustentable. También el dirigente social Luis
Burgos, referente de La Rubita; Abel Sena, en representación del
Movimiento de Trabajadores Desocupados; y Débora Páez y Sonia y
Sofía Alegre, dirigentes de movimientos sociales del excampo de Tiro
y los barrios Mapic y Tacai.
Dignidad
y sustentabilidad
“En
la ciudad de Resistencia, la problemática que se vive en cuanto a la
tierra es por falta de políticas. Si bien la problemática implica a
todos los niveles del Estado, lo que ocurre en la capital chaqueña,
es responsabilidad del Municipio. Es quien tiene la facultad para
planificar las obras públicas, el crecimiento de la ciudad, las
ordenanzas que rigen la urbanización”, señaló el presidente de
la bancada del Frente Grande chaqueño.
El
principal problema que se generó en ese sentido es que al no estar
previsto el crecimiento de la ciudad, y por ende, no contar con una
planificación para contener el mismo, avanzaron los loteos
irregulares, sociales, sin intervenciones de infraestructura,
caminos, desagües, condiciones necesarias para contener la
generación de nuevos barrios y/o asentamientos, “para hacer de
ellos lugares dignos para la vida”. “Esas políticas eran muy
necesarias y no se tuvieron en cuenta. Hoy, en el Gran Resistencia,
tenemos más de 200 asentamientos como consecuencia de esa realidad”,
indicó.
Ahora
bien, como Estado, el problema no terminaba con la generación de
asentamientos irregulares sino que, tal vez, era el principio de una
problemática más grande, bien graficada por el diputado Bolatti. La
falta de planificación sumado a la improvisación resultaba en una
ecuación antagónica al acompañamiento que debiera haber entre el
crecimiento demográfico de una ciudad y la planificación de la
misma.
El
“auxilio” para estas cientos de familias que ocuparon tierras por
una necesidad real fue la expropiación a través de leyes . “Y la
gran mayoría fueron terrenos ocupados de privados, no del Estado. Y
que una vez expropiado se indemniza al dueño a través de un valor
de mercado”, explica Bolatti.
En
la actualidad hay 187 leyes de expropiación, de las cuales 177
pertenecen a terrenos urbanos. Más de 20 leyes están siendo
analizadas para su sanción. Se trata de 872 hectáreas expropiadas
para asentamientos, ocupadas por unas 70 mil personas.
Esta
realidad provocó también la creación de un nuevo Ministerio que se
aboque a regularizar el estado de la tierra, la vivienda y las miles
de familias que se ven afectadas: el ministerio de Desarrollo Urbano
y Vivienda.
Otros
avances fueron la creación de un registro de aquellas personas que
hayan ocupado tierras; la declaración de la emergencia habitacional
que otorgue 24 meses para dar prioridad presupuestaria a la
regularización de la situación; la promoción de programas de
intervención donde vive la gente, y quizá, el más importante, la
creación de un Banco de Tierras, de autoría de ese Frente.
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