Documento del partido Frente Grande
Frente a la escalada de violencia estatal y la crisis
institucional
Ante el creciente
uso de la fuerza policial para reprimir la protesta gremial y social ha quedado
de manifiesto que el vicegobernador, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, a cargo del
Poder Ejecutivo ha resuelto un camino peligroso: silenciar con el garrote las
manifestaciones de los sectores gremiales sociales en desacuerdo y
desacreditarlos en la voz de funcionarios de segunda línea.
Aunque aún algunas
voces pretenden culpar a la oposición política –cuyo oportunismo y demagogia en
ésta coyuntura son innegables- o a ciertas acciones de manifestantes es
imposible seguir ocultando la decisión política brutal de usar el aparato
estatal en forma violenta para “persuadir” a quienes mantienen diferencias y
las expresan en la calle. No hay justificativos, en un Estado de derecho, para
tantos heridos, para tanta persecución, para tanta intolerancia.
A lo largo de
nuestra historia, hemos atravesado gobiernos democráticos y dictaduras de las
más cruentas, y hemos visto a nuestros funcionarios pertrecharse detrás de sus
despachos y refugiarse en cordones policiales para luego intentar
justificarlos. La misma policía que no tiene empacho en poner en riesgo la
seguridad de centenares de miles vía chantaje, como aconteció el pasado
diciembre.
En la reciente jornada
del 4 de junio, hemos sido testigos directos de una represión planificada. Las
fuerzas policiales provinciales fueron movilizadas en todas las jurisdicciones
de Chaco, al sólo fin de opacar una manifestación provincial de sectores en
disidencia, violando de manera abierta la Ley de Seguridad Pública que la propia (hoy ex) Ministra
de Gobierno, Lidia Cáceres, votó siendo diputada provincial; ley que obliga a
prevenir todo tipo de violencia adecuando el accionar policial, siempre y en
todos los casos, al Estado democrático de derecho y a las garantías
constitucionales. Y de la misma manera, el protocolo Garré, al que suscribe
nuestra provincia, que establece los mecanismos de acción del Estado ante las
manifestaciones sociales.
La pata operativa del Poder Judicial durante la
represión
Capítulo aparte
merece el accionar del Poder Judicial que tiene una directa participación en lo ocurrido,
por acción y omisión. Por acción, justifica la ilegalidad en la que se
desempeñaron las fuerzas seguridad, al admitirlas como única fuente de
información. Mientras tanto, se les niega sistemáticamente el derecho a toda
defensa a las personas detenidas, mujeres y hombres alojados en Comisaría sin
causa que lo amerite y sin intervención real de la Justicia; mujeres y
hombres que pasaron horas tras las rejas.
Por omisión,
podemos citar que en la reciente represión la Fiscal en turno, Dra Dolly Fernandez, nunca salió
de su despacho para verificar la gravedad de las lesiones ni las condiciones en
las que se llevaron a cabo las detenciones. Tampoco se constituyó en el
hospital Perrando, para tomar conocimiento personalmente de las víctimas
heridas con balas de goma y a raíz del maltrato policial. Pese a la advertencia
de varios legisladores, la funcionaria judicial nunca salió.
Por último queremos
llamar la atención sobre la falta de voluntad de la Procuración de
impulsar las denuncias correspondientes contra el agente policial, Hugo Gustavo
Olivello, que el 4 de junio protagonizó un nuevo abuso de autoridad hiriendo
con potas de goma a la periodista de Norte, Mónica Kreibohm, mientras intentaba
proteger o auxiliar a un grupo de mujeres indefensas. No será la primera vez
que este personaje incurre en tan grave accionar siendo de público conocimiento
el maltrato impartido años atrás al fotoperiodista Gustavo Torres, en ese
entonces trabajador de El Diario de la Región.
Un (vice) gobierno violento ante sus propias limitaciones
Estamos ante un
vicegobernador, a cargo del rumbo de la provincia, que promueve la violencia
institucional. El uso irracional de la fuerza policial claramente muestra la
intención de generar el terror en la población. Y mientras llueven las
denuncias por la falta de políticas de contención social, los recursos se
dilapidan en blindar los ámbitos en los que se mueve el vicegobernador y
organizar una cacería de manifestantes y de dirigentes sindicales por las
calles y a plena luz del día.
La observación de
los acontecimientos nos muestra un Gobierno que no puede dar respuestas a las
demandas en servicios críticos, y ante esa limitación ni siquiera adopta el
camino del diálogo. Se victimiza, transforma al diferente en enemigo y reprime.
Hoy ya nos cabe
preguntarnos: ¿está en condiciones Bacileff Ivanoff de gobernar la Provincia del Chaco,
velando por la paz social de todas y todos sus habitantes?
La expresión del Partido Justicialista
Nos parece adecuada
la actitud asumida por el Partido Justicialista de convocar al diálogo político
y social, en busca de persuadir sobre la conveniencia de la conversación, la
búsqueda de soluciones y el debate por sobre la militarización de las
relaciones sociales. Es el camino del que nunca hay que apartarse y que el
partido mayoritario de la coalición gobernante lo proponga muestra a las claras
una forma de gobernar elegida por el conjunto y que hoy se encuentra seriamente
comprometida.
La crisis continúa
La adopción plena
de un programa político distinto del rubricado en las urnas por parte de
Bacileff Ivanoff produce desconcierto social y político. Programa político que
además ataca puntos centrales de la política nacional que el proceso electoral
chaqueño también apoyó mayoritariamente.
La represión
policial y la reciente renuncia de varios funcionarios no resuelven los
problemas de un gobierno que se apartó de sus propuestas electorales y del
camino trazado desde el 2007, que con aciertos y errores, había producido
algunas transformaciones importantes. Éste apartamiento de las políticas
puestas a consideración popular y votadas por amplias mayorías en 2007 y 2011
nos plantea preguntarnos una vez más: ¿está en condiciones Bacileff Ivanoff de
gobernar la Provincia
del Chaco, velando por la paz social de todas y todos sus habitantes y con un
programa político contrario al apoyado por el pueblo?
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