Declaración de La Corriente Nacional de la Militancia en La Rioja y Catamarca
Sosteniendo bien alto las banderas de la justicia social, la independencia económica y la soberanía política
Hace
menos de un mes atrás, en la ciudad de Paraná, desde la Corriente
Nacional de la Militancia expresamos que “en plena crisis mundial,
cuando las principales potencias económicas están corrigiendo a la baja
sus perspectivas de crecimiento en el 2012, la Presidenta está
demostrando – como lo hizo en 2008/2009 – que está tomando y va a tomar
todas las decisiones necesarias para garantizar el sostenimiento de la
actividad económica y el nivel de empleo”. En este lapso de tiempo, hubo
hechos trascendentes que demuestran la pertinencia de nuestro análisis.
A menos de 40 días de su lanzamiento, el plan de construcción de
viviendas PRO.CRE.AR. tuvo su primer sorteo. Participaron 21.968
personas que habían asistido a las charlas informativas del Banco
Hipotecario y fueron beneficiadas 11.659 personas que ya están
tramitando su carpeta definitiva de crédito ante la entidad bancaria
responsable. El 44 % de los que participaron del primer sorteo tenían
ingresos que oscilaban entre los 5 y 10 mil pesos y el 70 % eran menores
a 40 años. Además, del 1,1 millón de personas que pidieron información
sobre PRO.CRE.AR, 422 mil declararon tener terreno propio para la
construcción de la vivienda. Los números demuestran que PRO.CRE.AR. es
una respuesta de jerarquía a una demanda social creciente.
La veloz implementación del plan permite inferir que en pocos meses
tendremos, a lo largo y ancho del país, nuevas casas construyéndose con
créditos del PRO.CRE.AR., con todo lo que ello implica en términos de
generación de empleo y actividad económica. En este mismo sentido se
orienta la decisión del Banco Central de obligar a las entidades
financieras de mayor envergadura a que destinen a créditos a la
producción el 5 % del total de sus depósitos privados. Cuando impulsamos
la reforma de la Carta Orgánica del BCRA en marzo pasado, dijimos que
queríamos un sistema financiero con mayor capacidad de apoyo a las pymes
y las economías regionales. A pesar de cierta resistencia de los
bancos, estamos dando pasos significativos que se notarán con más
claridad en este segundo semestre.
Reivindicamos el reciente anuncio de la Presidenta de aumentar los
haberes jubilatorios en un 11,4 % desde septiembre que se suma, como lo
indica la Ley de Movilidad sancionada por el Congreso en 2008, al 17,6 %
otorgado en marzo pasado. En un contexto de crisis mundial, que nadie
sabe dónde y cuándo termina, nuestra Presidenta sigue apostando a
sostener bien alto la bandera de la justicia social. Sostener el empleo,
garantizar la vigencia de las negociaciones paritarias y mantener la
movilidad de los haberes jubilatorios, son solo algunos ejemplos.
Mientras que el gobierno nacional piensa en todos y cada uno de los
territorios y actividades productivas a la hora de planificar sus
políticas públicas, las corporaciones mediáticas buscan reinstalar el
debate sobre las relaciones económicas entre Nación y provincias.
Economistas y consultores se suman a las críticas: son los mismos que
supieron calificar a la enorme mayoría de las provincias argentinas como
“inviables”. Hoy, pretenden dar lecciones de federalismo.
Las coordenadas que guían la política económica no son indiferentes
para las provincias. Los graves desórdenes macroeconómicos de los ’80
terminaron federalizando la hiperinflación, perjudicando principalmente a
las provincias y municipios. El plan económico vigente en los ‘90
federalizó la exclusión social y el ajuste. Cuando los modelos
económicos van en contra de la producción y el empleo, las provincias
son las primeras en sufrirlo. Pero cuando las coordenadas económicas son
virtuosas, las provincias se benefician porque las economías regionales
se fortalecen, los mercados locales se reaniman y la recaudación propia
crece al mismo ritmo que los fondos que transfiere la Nación. Esa es la
historia del 2003 hasta ahora.
Como nunca en otro período, este gobierno nacional ha cumplido con el
envío, en tiempo y forma, de los fondos de coparticipación y leyes
especiales, las que aumentaron un 583% entre 2003 y 2011. En contra de
lo que dicen livianamente algunos, en el primer periodo de gobierno de
Cristina, los fondos a las provincias superaron entre 5 y 7 puntos el
famoso 34 % de los recursos de la Administración Central que indica el
artículo 7 de la Ley de Coparticipación Nº 23.548. Este notable
crecimiento se debe a la implementación de un modelo económico virtuoso
que permitió sostener altos niveles de crecimiento del PBI.
Por su parte, las transferencias de capital y la inversión en obra
pública realizadas en las provincias con fondos nacionales se
incrementaron en un 6.276% en el mismo periodo. Este incremento
extraordinario se debe, entre otras cosas, a la histórica decisión de
nuestra Presidenta de transferir a las provincias el 30 % de lo que se
recauda por retenciones a la soja: desde la implementación del Fondo
Federal Solidario, más de 18.000 millones de pesos se sumaron a las
transferencias a las provincias, destinándose a infraestructura
económica y social.
A esta sistemática transferencia de recursos, debemos agregar otras
dos decisiones importantes: por un lado, los mecanismos de
refinanciación de deudas provinciales implementados con el remanente de
recursos del fondo de ATN; por el otro, la implementación de la
Asignación Universal por Hijo, que no sólo amplió y equiparó derechos,
sino que descomprimió la demanda social que los argentinos más
necesitados orientaban hacia las provincias y los municipios,
significando además una importantísima inyección de fondos a las
economías locales y regionales.
Como en muchas áreas, nuestro gobierno sigue recuperando todo lo que
se perdió durante la vigencia del neoliberalismo en la Argentina en
materia de soberanía económica y política. No sólo se desmanteló la
industria, se perdieron empleos, se destruyó el aparato productivo, de
excluyó socialmente a millones de argentinos. También se condenó a la
Argentina a la dependencia económica, reduciendo los márgenes de la
soberanía política a la mínima expresión. Desde ese lugar venimos
intentando construir una historia distinta.
Dos recientes situaciones
son claramente ejemplificadoras del camino recorrido desde el 2003.
Por un lado, el ingreso de Venezuela al Mercosur, convirtiendo al
bloque regional en la quinta economía mundial. Muchos de los que
integramos la Corriente Nacional de la Militancia acompañamos a Lula,
Chávez y Néstor Kirchner en Mar del Plata, cuando en noviembre del 2005
le dijimos “No al ALCA” en la Cumbre de las Américas. Veníamos de años
de “relaciones carnales” donde en nombre de la “real-politik” se había
llevado a la Argentina a la sumisión más indigna a los intereses de las
potencias imperiales. Ochenta meses más tarde, celebramos que el país
hermano de Venezuela haya sido incorporado como miembro pleno del
Mercosur.
Es llamativo que muchos no comprendan el valor geoestratégico y
geopolítico que tiene su ingreso al bloque regional. Con Venezuela, el
Mercosur cuenta ahora con los tres elementos que el mundo pondrá en
discusión en los próximos años: alimentos, hidrocarburos y agua dulce.
Esa riqueza natural debe articularse para que toda América del Sur
termine de romper los lazos de dominación política, económica y cultural
que aún subsisten con las principales potencias mundiales. La consigna
“Unidos y Organizados”, que tanto hemos repetido hacia el interior de
nuestro espacio político, bien vale para orientar las relaciones entre
los países de la región. Construir una América del Sur distinta – más
cerca de lo que San Martín, Bolívar, Artigas, O’Higgins y tantos otros
patriotas latinoamericanos soñaron – es condición necesaria para que los
márgenes de soberanía política e independencia económica, ampliados por
Néstor y Cristina desde el 2003, puedan sostenerse en el tiempo.
En segundo término, celebramos que la Presidenta de la Nación, con el
pago de la última cuota del Boden 2012, esté cerrando la nefasta
historia del “corralito” y el “corralón” del año 2001 y 2002. Muchos
criticaron la trascendencia pública que le dimos a esta decisión
económica. Pero, así como estamos recuperando y construyendo la Memoria
en materia de derechos humanos, debemos reconstruir lo que nos pasó como
pueblo en materia económica. Todavía estamos pagando los costos de
decisiones tomadas hace más de una década y que condicionaron la marcha
de la economía nacional por años. Como en otros campos de la vida,
destruir es muy fácil y rápido, construir y reparar es lento y muy
trabajoso.
El pago del Boden 2012 es un eslabón más de una serie de decisiones
políticas tomadas por Néstor y Cristina respecto a la deuda externa. La
renegociación de los bonos en default, la cancelación de la deuda con el
FMI, la reapertura del canje para los bonistas que no entraron en la
primera instancia, el estricto cumplimiento de nuestros compromisos
externos, es parte de una única e integral política tendiente a aliviar
el impacto de la deuda externa en la economía nacional.
El total de la deuda externa hoy representa un 41 % del PBI cuando
significaba un 166 % en el 2002. Países vecinos como Brasil (65%) y
Uruguay (49%) tienen un ratio de deuda/PBI mayor que la de nuestro país.
Ni hablar de Grecia (150 %), Portugal (112 %) o Italia (125%). Hasta
países fuertísimos, como Alemania (81%) y Francia (86%), tiene valores
más elevados que la Argentina.
Como bien expresó la Presidenta en la Bolsa de Comercio de Buenos
Aires, tenemos una deuda externa menor en relación al PBI, menos
posicionada en moneda extranjera y con un peso menor de los acreedores
privados. Estos tres elementos configuran un nuevo escenario, donde la
Argentina es menos dependiente a un factor decisivo en los últimos 50
años como lo fue la deuda externa. Los que criticaron el pago del Boden
2012 pretenden, en realidad, que tomemos nueva deuda para pagar deuda
vieja. Esa historia ya la conocen los argentinos y nos condujo al peor
de los abismos, contrayendo endeudamiento a condiciones leoninas, que
nunca se trasladaba a mejores condiciones de vida de las mayorías
populares y terminaba financiando la fuga de capitales de los sectores
más concentrados.
Estamos a 4 meses de que los grupos mediáticos más concentrados deban
adecuarse plenamente a la Ley de Medios impulsada por Cristina y
sancionada con amplias mayorías en el Congreso Nacional a fines de 2009.
Somos concientes de que en estos 120 días tratarán de desgastar y
esmerilar a nuestro gobierno recurriendo a todo tipo de infamias y
operaciones de prensa. Las corporaciones quieren que los argentinos
bajemos los brazos y que nos entreguemos al desaliento. Saben que la
apatía y el desánimo popular es el marco ideal para intentar ponerles
condiciones a gobiernos que se insubordinan a sus mandatos.
Mientras las corporaciones mediáticas y económicas ponen en marcha la
“cadena nacional del miedo y del desánimo” nosotros tenemos que tener
la claridad ideológica para interpelar a los argentinos y ayudarlos a
comprender que el “país real” poco tiene que ver con el “país virtual”
que se muestra en diarios, radios y canales de televisión. Desde la
Corriente Nacional de la Militancia asumimos el desafío, para que
“unidos y organizados” con todas las expresiones políticas y sociales,
sigamos apoyando a nuestra Presidenta de la Nación que está cambiando la
historia a la que parecía condenado el pueblo argentino.
San Fernando del Valle de Catamarca, viernes 3 de agosto de 2012
Agustín ROSSI- Emilio PERSICO- Daniel FILMUS- Fernando “Chino”
NAVARRO- Jorge TAIANA- Edgardo DEPETRI- Teresita LUNA- Mario OPORTO-
Roberto ROBLEDO- Mara BRAWER- Adriana PUIGGROS- Ruperto GODOY- Liliana
MAZURE- Daniel SAN CRISTOBAL- Guillermo CARMONA- Julio SOLANAS- María
del Carmen BIANCHI- Francisco “Barba” GUTIERREZ – Gabriel FUKS- Blanca
OSUNA- Fabián RIOS- Ricardo FORSTER- Mariano WEST- Darío Díaz PEREZ-
Mario SECCO- Elías SUAREZ- Claudia GIACCONE- Gustavo ARRIETA- Carmen
NEBREDA- Francisco “Tito” NENNA- Nelio CALZA.Loading…
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