sábado, 4 de agosto de 2012

Declaración de La Corriente Nacional de la Militancia en la Rioja y Catamarca

Declaración de La Corriente Nacional de la Militancia en La Rioja y Catamarca 

Sosteniendo bien alto las banderas de la justicia social, la independencia económica y la soberanía política


Hace menos de un mes atrás, en la ciudad de Paraná, desde la Corriente Nacional de la Militancia expresamos que “en plena crisis mundial, cuando las principales potencias económicas están corrigiendo a la baja sus perspectivas de crecimiento en el 2012, la Presidenta está demostrando – como lo hizo en 2008/2009 – que está tomando y va a tomar todas las decisiones necesarias para garantizar el sostenimiento de la actividad económica y el nivel de empleo”. En este lapso de tiempo, hubo hechos trascendentes que demuestran la pertinencia de nuestro análisis.

A menos de 40 días de su lanzamiento, el plan de construcción de viviendas PRO.CRE.AR. tuvo su primer sorteo. Participaron 21.968 personas que habían asistido a las charlas informativas del Banco Hipotecario y fueron beneficiadas 11.659 personas que ya están tramitando su carpeta definitiva de crédito ante la entidad bancaria responsable. El 44 % de los que participaron del primer sorteo tenían ingresos que oscilaban entre los 5 y 10 mil pesos y el 70 % eran menores a 40 años. Además, del 1,1 millón  de personas que pidieron información sobre PRO.CRE.AR, 422 mil declararon tener terreno propio para la construcción de la vivienda. Los números demuestran que PRO.CRE.AR. es una respuesta de jerarquía a una demanda social creciente.

La veloz implementación del plan permite inferir que en pocos meses tendremos, a lo largo y ancho del país, nuevas casas construyéndose con créditos del PRO.CRE.AR., con todo lo que ello implica en términos de generación de empleo y actividad económica. En este mismo sentido se orienta la decisión del Banco Central de obligar a las entidades financieras de mayor envergadura a que destinen a créditos a la producción el 5 % del total de sus depósitos privados. Cuando impulsamos la reforma de la Carta Orgánica del BCRA en marzo pasado, dijimos que queríamos un sistema financiero con mayor capacidad de apoyo a las pymes y las economías regionales. A pesar de cierta resistencia de los bancos, estamos dando pasos significativos que se notarán con más claridad en este segundo semestre.

Reivindicamos el reciente anuncio de la Presidenta de aumentar los haberes jubilatorios en un 11,4 % desde septiembre que se suma, como lo indica la Ley de Movilidad sancionada por el Congreso en 2008, al 17,6 % otorgado en marzo pasado. En un contexto de crisis mundial, que nadie sabe dónde y cuándo termina, nuestra Presidenta sigue apostando a sostener bien alto la bandera de la justicia social. Sostener el empleo, garantizar la vigencia de las negociaciones paritarias y mantener la movilidad de los haberes jubilatorios, son solo algunos ejemplos.

Mientras que el gobierno nacional piensa en todos y cada uno de los territorios y actividades productivas a la hora de planificar sus políticas públicas, las corporaciones mediáticas buscan reinstalar el debate sobre las relaciones económicas entre Nación y provincias. Economistas y consultores se suman a las críticas: son los mismos que supieron calificar a la enorme mayoría de las provincias argentinas como “inviables”. Hoy, pretenden dar lecciones de federalismo.

Las coordenadas que guían la política económica no son indiferentes para las provincias. Los graves desórdenes macroeconómicos de los ’80 terminaron federalizando la hiperinflación, perjudicando principalmente a las provincias y municipios. El plan económico vigente en los ‘90 federalizó la exclusión social y el ajuste. Cuando los modelos económicos van en contra de la producción y el empleo, las provincias son las primeras en sufrirlo. Pero cuando las coordenadas económicas son virtuosas, las provincias se benefician porque las economías regionales se fortalecen, los mercados locales se reaniman y la recaudación propia crece al mismo ritmo que los fondos que transfiere la Nación. Esa es la historia del 2003 hasta ahora.

Como nunca en otro período, este gobierno nacional ha cumplido con el envío, en tiempo y forma, de los fondos de coparticipación y leyes especiales, las que aumentaron un 583% entre 2003 y 2011. En contra de lo que dicen livianamente algunos, en el primer periodo de gobierno de Cristina, los fondos a las provincias superaron entre 5 y 7 puntos el famoso 34 % de los recursos de la Administración Central que indica el artículo 7 de la Ley de Coparticipación Nº 23.548. Este notable crecimiento se debe a la implementación de un modelo económico virtuoso que permitió sostener altos niveles de crecimiento del PBI.

Por su parte, las transferencias de capital y la inversión en obra pública realizadas en las provincias con fondos nacionales se incrementaron en un 6.276% en el mismo periodo. Este incremento extraordinario se debe, entre otras cosas, a la histórica decisión de nuestra Presidenta de transferir a las provincias el 30 % de lo que se recauda por retenciones a la soja: desde la implementación del Fondo Federal Solidario, más de 18.000 millones de pesos se sumaron a las transferencias a las provincias, destinándose a infraestructura económica y social.

A esta sistemática transferencia de recursos, debemos agregar otras dos decisiones importantes: por un lado, los mecanismos de refinanciación de deudas provinciales implementados con el remanente de recursos del fondo de ATN; por el otro, la implementación de la Asignación Universal por Hijo, que no sólo amplió y equiparó derechos, sino que descomprimió la demanda social que los argentinos más necesitados orientaban hacia las provincias y los municipios, significando además una importantísima inyección de fondos a las economías locales y regionales.

Como en muchas áreas, nuestro gobierno sigue recuperando todo lo que se perdió durante la vigencia del neoliberalismo en la Argentina en materia de soberanía económica y política. No sólo se desmanteló la industria, se perdieron empleos, se destruyó el aparato productivo, de excluyó socialmente a millones de argentinos. También se condenó a la Argentina a la dependencia económica, reduciendo los márgenes de la soberanía política a la mínima expresión. Desde ese lugar venimos intentando construir una historia distinta. 

Dos recientes situaciones son claramente ejemplificadoras del camino recorrido desde el 2003.
Por un lado, el ingreso de Venezuela al Mercosur, convirtiendo al bloque regional en la quinta economía mundial. Muchos de los que integramos la Corriente Nacional de la Militancia acompañamos a Lula, Chávez y Néstor Kirchner en Mar del Plata, cuando en noviembre del 2005 le dijimos “No al ALCA” en la Cumbre de las Américas. Veníamos de años de “relaciones carnales” donde en nombre de la “real-politik” se había llevado a la Argentina a la sumisión más indigna a los intereses de las potencias imperiales. Ochenta meses más tarde, celebramos que el país hermano de Venezuela haya sido incorporado como miembro pleno del Mercosur.

Es llamativo que muchos no comprendan el valor geoestratégico y geopolítico que tiene su ingreso al bloque regional. Con Venezuela, el Mercosur cuenta ahora con los tres elementos que el mundo pondrá en discusión en los próximos años: alimentos, hidrocarburos y agua dulce. Esa riqueza natural debe articularse para que toda América del Sur termine de romper los lazos de dominación política, económica y cultural que aún subsisten con las principales potencias mundiales. La consigna “Unidos y Organizados”, que tanto hemos repetido hacia el interior de nuestro espacio político, bien vale para orientar las relaciones entre los países de la región. Construir una América del Sur distinta – más cerca de lo que San Martín, Bolívar, Artigas, O’Higgins y tantos otros patriotas latinoamericanos soñaron – es condición necesaria para que los márgenes de soberanía política e independencia económica, ampliados por Néstor y Cristina desde el 2003, puedan sostenerse en el tiempo.

En segundo término, celebramos que la Presidenta de la Nación, con el pago de la última cuota del Boden 2012, esté cerrando la nefasta historia del “corralito” y el “corralón” del año 2001 y 2002. Muchos criticaron la trascendencia pública que le dimos a esta decisión económica. Pero, así como estamos recuperando y construyendo la Memoria en materia de derechos humanos, debemos reconstruir lo que nos pasó como pueblo en materia económica. Todavía estamos pagando los costos de decisiones tomadas hace más de una década y que condicionaron la marcha de la economía nacional por años. Como en otros campos de la vida, destruir es muy fácil y rápido, construir y reparar es lento y muy trabajoso.

El pago del Boden 2012 es un eslabón más de una serie de decisiones políticas tomadas por Néstor y Cristina respecto a la deuda externa. La renegociación de los bonos en default, la cancelación de la deuda con el FMI, la reapertura del canje para los bonistas que no entraron en la primera instancia, el estricto cumplimiento de nuestros compromisos externos, es parte de una única e integral política tendiente a aliviar el impacto de la deuda externa en la economía nacional.

El total de la deuda externa hoy representa un 41 % del PBI cuando significaba un 166 % en el 2002. Países vecinos como Brasil (65%) y Uruguay (49%) tienen un ratio de deuda/PBI mayor que la de nuestro país. Ni hablar de Grecia (150 %), Portugal (112 %) o Italia (125%). Hasta países fuertísimos, como Alemania (81%) y Francia (86%), tiene valores más elevados que la Argentina.

Como bien expresó la Presidenta en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, tenemos una deuda externa menor en relación al PBI, menos posicionada en moneda extranjera y con un peso menor de los acreedores privados. Estos tres elementos configuran un nuevo escenario, donde la Argentina es menos dependiente a un factor decisivo en los últimos 50 años como lo fue la deuda externa. Los que criticaron el pago del Boden 2012 pretenden, en realidad, que tomemos nueva deuda para pagar deuda vieja. Esa historia ya la conocen los argentinos y nos condujo al peor de los abismos, contrayendo endeudamiento a condiciones leoninas, que nunca se trasladaba a mejores condiciones de vida de las mayorías populares y terminaba financiando la fuga de capitales de los sectores más concentrados.

Estamos a 4 meses de que los grupos mediáticos más concentrados deban adecuarse plenamente a la Ley de Medios impulsada por Cristina y sancionada con amplias mayorías en el Congreso Nacional a fines de 2009. Somos concientes de que en estos 120 días tratarán de desgastar y esmerilar a nuestro gobierno recurriendo a todo tipo de infamias y operaciones de prensa. Las corporaciones quieren que los argentinos bajemos los brazos y que nos entreguemos al desaliento. Saben que la apatía y el desánimo popular es el marco ideal para intentar ponerles condiciones a gobiernos que se insubordinan a sus mandatos.

Mientras las corporaciones mediáticas y económicas ponen en marcha la “cadena nacional del miedo y del desánimo” nosotros tenemos que tener la claridad ideológica para interpelar a los argentinos y ayudarlos a comprender que el “país real” poco tiene que ver con el “país virtual” que se muestra en diarios, radios y canales de televisión. Desde la Corriente Nacional de la Militancia asumimos el desafío, para que “unidos y organizados” con todas las expresiones políticas y sociales, sigamos apoyando a nuestra Presidenta de la Nación que está cambiando la historia a la que parecía condenado el pueblo argentino.
San Fernando del Valle de Catamarca, viernes 3 de agosto de 2012

Agustín ROSSI- Emilio PERSICO- Daniel FILMUS- Fernando “Chino” NAVARRO- Jorge TAIANA- Edgardo DEPETRI- Teresita LUNA- Mario OPORTO- Roberto ROBLEDO- Mara BRAWER- Adriana PUIGGROS- Ruperto GODOY- Liliana MAZURE- Daniel SAN CRISTOBAL- Guillermo CARMONA- Julio SOLANAS- María del Carmen BIANCHI- Francisco “Barba” GUTIERREZ – Gabriel FUKS- Blanca OSUNA- Fabián RIOS- Ricardo FORSTER- Mariano WEST- Darío Díaz PEREZ- Mario SECCO- Elías SUAREZ- Claudia GIACCONE- Gustavo ARRIETA- Carmen NEBREDA- Francisco “Tito” NENNA- Nelio CALZA.Loading…

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