27 de abril de 2011, a 6 meses del fallecimiento del Compañero Néstor Carlos Kirchner
NESTOR KIRCHNER: LA POLITICA, LAS ORGANIZACIONES SOCIALES Y LA JUVENTUD
Documento de las juventudes de la FTV y el Frente Grande
En la década de los ´90 y su desembocadura en los primeros años del siglo, las organizaciones sociales se pusieron al hombro la crisis de los sectores populares. Cortes de rutas, ollas populares, comedores y merenderos fueron herramientas que permitieron a los sectores populares excluidos por las políticas neoliberales sobrevivir a la miseria, pero hacerlo en forma organizada y solidaria.
Las organizaciones sociales, piqueteras, desplegaron una red pocas veces vista en la historia. Red que permitió no sólo la supervivencia de los excluidos, sino también dejar el ejemplo de la solidaridad y, en especial, mantener una idea de Nación que luego podría ser reestablecida. La exclusión y la miseria pegaron más fuerte en los sectores más débiles, y dentro de éstos especialmente en las mujeres y, en nosotros, los jóvenes.
El estabilishment, los sectores de la crema económica, política y social de la Argentina denostaron a las organizaciones sociales. Criticaron nuestros métodos, nos criminalizaron, estigmatizaron a los luchadores sociales que no se rindieron, nos pegaron y metieron presos una y mil veces, y otras veces nos mataron.
A partir del 25 de mayo de 2003 comienza un proceso político transformador que millones de argentinos recibieron con esperanza, pero con el escepticismo propio de los que fueron engañados por mucho tiempo.
Néstor Kirchner convocó a las organizaciones sociales, la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV) estuvo ahí. Rescató de ellas su tradición de lucha y las trató como lo que son: un actor relevante de la patria. No dudó en romper el cerco de la estigmatización, se sentó con ellas, las comprendió. Adicionalmente ordenó una diferente posición policial frente a la protesta y dejo sentada las bases para que la justicia cese con la criminalización de los luchadores y luchadoras.
Con la misma convicción que se opuso a las políticas de criminalización y judicialización de la lucha social, llevo adelante llevo adelante políticas comprometidas con la promoción de los Derechos Humanos, que permitieron avanzar en la derogación de la Leyes de impunidad (dejando atrás el punto final y la obediencia debida del Alfonsinismo, y el Indulto del menemismo) para construir un País, con Memoria, Verdad y Justicia.
Pero además, Néstor, nos devolvió la política. Como nunca, desde el 2003, las políticas económicas y sociales están en manos de militantes y no de tecnócratas.
Los jóvenes hemos recuperado el derecho al trabajo, de una desocupación del 25% bajamos al 7%, recuperamos las escuelas mediante una inversión impresionante en obras de construcción y refacción, recuperamos la educación como derecho social de las leyes del menemismo que la trataba como una mercancía. Miles de jóvenes del Chaco hoy tienen su propia computadora y han podido acceder a becas. Miles de niñas, niñas y jóvenes pueden ir a la escuela gracias a la asignación por hijo. Miles de argentinos han tenido acceso a los programas de alfabetización que Néstor impulso a través de las organizaciones sociales, confiando en nuestro trabajo militante e inserción entre los que más necesitan saber leer y escribir.
En síntesis, Néstor fue un Presidente, un militante, un ser humano que nos trató como personas, que nos permitió recuperar derechos y conquistar otros y a quién llevaremos por siempre en nuestro corazón y en nuestra mente con el compromiso militante de seguir éste camino profundizando los cambios que aún nos debemos como sociedad. Hoy éste camino es Cristina Fernández.
NESTOR KIRCHNER: LA POLITICA, LAS ORGANIZACIONES SOCIALES Y LA JUVENTUD
Documento de las juventudes de la FTV y el Frente Grande
En la década de los ´90 y su desembocadura en los primeros años del siglo, las organizaciones sociales se pusieron al hombro la crisis de los sectores populares. Cortes de rutas, ollas populares, comedores y merenderos fueron herramientas que permitieron a los sectores populares excluidos por las políticas neoliberales sobrevivir a la miseria, pero hacerlo en forma organizada y solidaria.
Las organizaciones sociales, piqueteras, desplegaron una red pocas veces vista en la historia. Red que permitió no sólo la supervivencia de los excluidos, sino también dejar el ejemplo de la solidaridad y, en especial, mantener una idea de Nación que luego podría ser reestablecida. La exclusión y la miseria pegaron más fuerte en los sectores más débiles, y dentro de éstos especialmente en las mujeres y, en nosotros, los jóvenes.
El estabilishment, los sectores de la crema económica, política y social de la Argentina denostaron a las organizaciones sociales. Criticaron nuestros métodos, nos criminalizaron, estigmatizaron a los luchadores sociales que no se rindieron, nos pegaron y metieron presos una y mil veces, y otras veces nos mataron.
A partir del 25 de mayo de 2003 comienza un proceso político transformador que millones de argentinos recibieron con esperanza, pero con el escepticismo propio de los que fueron engañados por mucho tiempo.
Néstor Kirchner convocó a las organizaciones sociales, la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV) estuvo ahí. Rescató de ellas su tradición de lucha y las trató como lo que son: un actor relevante de la patria. No dudó en romper el cerco de la estigmatización, se sentó con ellas, las comprendió. Adicionalmente ordenó una diferente posición policial frente a la protesta y dejo sentada las bases para que la justicia cese con la criminalización de los luchadores y luchadoras.
Con la misma convicción que se opuso a las políticas de criminalización y judicialización de la lucha social, llevo adelante llevo adelante políticas comprometidas con la promoción de los Derechos Humanos, que permitieron avanzar en la derogación de la Leyes de impunidad (dejando atrás el punto final y la obediencia debida del Alfonsinismo, y el Indulto del menemismo) para construir un País, con Memoria, Verdad y Justicia.
Pero además, Néstor, nos devolvió la política. Como nunca, desde el 2003, las políticas económicas y sociales están en manos de militantes y no de tecnócratas.
Los jóvenes hemos recuperado el derecho al trabajo, de una desocupación del 25% bajamos al 7%, recuperamos las escuelas mediante una inversión impresionante en obras de construcción y refacción, recuperamos la educación como derecho social de las leyes del menemismo que la trataba como una mercancía. Miles de jóvenes del Chaco hoy tienen su propia computadora y han podido acceder a becas. Miles de niñas, niñas y jóvenes pueden ir a la escuela gracias a la asignación por hijo. Miles de argentinos han tenido acceso a los programas de alfabetización que Néstor impulso a través de las organizaciones sociales, confiando en nuestro trabajo militante e inserción entre los que más necesitan saber leer y escribir.
En síntesis, Néstor fue un Presidente, un militante, un ser humano que nos trató como personas, que nos permitió recuperar derechos y conquistar otros y a quién llevaremos por siempre en nuestro corazón y en nuestra mente con el compromiso militante de seguir éste camino profundizando los cambios que aún nos debemos como sociedad. Hoy éste camino es Cristina Fernández.
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